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Frases como, “es muy difícil”, “es que no sé pronunciar”, “es imposible”, entre muchas otras, se escuchan frecuentemente acerca del idioma inglés. Pero algunas de estas “creencias” pueden desanimarnos a aprenderlo, pues no todas ellas tienen un fundamento verdadero. A continuación, te develamos algunos de los mitos y realidades que surgen alrededor de este tema.
Inglés de un día para otro
FALSO. A menos que poseas un súper poder oculto, el inglés requiere de tiempo y dedicación para aprenderlo y lograr un nivel adecuado en su manejo. No existen fórmulas mágicas para dominar una lengua, ¡ni siquiera la materna! Aún para conseguirla se requirió de tiempo y mucha práctica. Hay instituciones que ofrecen instrucción “instantánea”, sin embargo, no significa que el aprendizaje sea real y efectivo. Adquirir una habilidad, por sencilla que sea, lleva días y días de mejoras continuas. El inglés, aunque es sencillo de asimilar, necesita de ejercicio, así como constancia por parte del estudiante.
Escuchar música ayuda al proceso
VERDADERO. La música, películas, series de televisión, libros y todo aquel material que esté en inglés es un gran apoyo para la práctica del idioma. Son recursos que vuelven más entretenido el proceso, pues mezclan las emociones con el conocimiento. Diversas corrientes educativas incluyen este tipo de componentes en su desarrollo. Las opciones en este sentido son muy variadas, por lo que seguramente podrán hallar algo que resulte de tu gusto o que te proporcione un contexto más acertado de algunas expresiones o palabras de acuerdo al ámbito en el que quieres especializarte.
Es difícil de aprender
FALSO. Si se considera su composición morfológica y de aplicación, el inglés es un idioma poco complejo. Comparado con el español, es un poco más simple debido a las conjugaciones verbales. Por otro lado, muchos de los vocablos tienen las mismas raíces latinas que nuestra lengua, por lo que las hace más sencillas de comprender e incluso pronunciar. En muchas ocasiones, la dificultad de aprenderlo no es más que falta de dedicación al estudio y la práctica (como en los clubes de conversación); o bien, porque no hay motivación para hallar el tiempo y espacio para incrementar el nivel. El inglés es una herramienta sumamente valorada en el aspecto profesional, pero también puede abrir puertas de tipo social y personal. Todas estas son razones para mejorar nuestro empeño.
Es suficiente con saber algunas palabras y estructuras
VERDADERO, PERO NO DEL TODO. Todos los idiomas tienen una base específica y una cantidad de palabras suficientes para manejarlo, pero no para dominarlo. Entre más amplio sea tu vocabulario y mejor tu conocimiento de las estructuras oracionales, mucho mayor será tu fluidez y capacidad de comunicarte con éxito. Conformarse con un nivel básico o medio nunca será la mejor opción si lo que buscas es incluir el inglés como una carta fuerte de presentación. Lo ideal es perfeccionarlo constantemente.
Como puedes ver, pretextos hay muchos, pero ninguno es válido. Anímate a incrementar tus habilidades en el idioma sin tomar en cuenta “lo que dicen por ahí”, porque solo son mitos.
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